El pasado 1 de mayo celebrábamos San José Obrero, el día del trabajo.
El trabajo es un derecho y un deber de la persona gracias al cual colabora con el Creador, procura su sustento y el de su familia, realiza su vocación y sirve a la comunidad. En palabras de San Juan Pablo II, “el trabajo es el grande y fundamental derecho del hombre”.
Sabemos que no todas las maneras de trabajar son iguales y la nuestra ha de estar en concordancia con los valores evangélicos. Por eso decimos que el trabajo es medio de santificación y de perfeccionamiento personal, ya que dignifica a la persona que lo realiza, la ennoblece y la santifica.
Cáritas denuncia que se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo, circunstancia que genera más trabajadores pobres y menos realizados, tanto personal como socialmente.
En Cáritas, desde la acogida en las parroquias y desde los distintos programas (Empleo, Empresas con corazón, Inmigración…), trabajamos para dar ese derecho tan vital a los que llaman a nuestras puertas. Los acompañamos en su formación y en la búsqueda de empleo porque todas las personas tienen derecho a participar en la vida económica de la sociedad.
En Cáritas Interparroquial de Tomelloso se ha atendido a 253 personas en el programa de empleo, personas que han participado en 4 acciones formativas diferentes:
- Taller de orientación laboral y empleo Interemplea.
- Taller Jóvenes con valores.
- Taller de reciclaje textil y juguetes.
- Taller de preparación ESO.
Además, un total de 41 personas han conseguido empleo.
Para Cáritas, cada recurso invertido en el trabajo supone un retorno en el medio-largo plazo desde el punto de vista social y económico, puesto que la persona, no sólo gana en autoestima, reconocimiento de su dignidad y acceso a sus derechos, sino que también deja de percibir prestaciones, pasa a pagar impuestos y genera crecimiento económico por la vía del consumo.